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Presunta Injusticia Laboral en el IEEBC



Recientemente medios locales dieron a conocer un caso preocupante en el Instituto Estatal Electoral de Baja California (IEEBC). Informando que Jocelyn, ex empleada de esta institución, vivió una experiencia de ac0s* laboral mientras desempeñaba sus funciones, una situación que ilustra las deficiencias en la protección de los derechos laborales dentro de esta entidad. 

En las notas publicadas se señala que la mujer a pesar de enfrentar un embarazo de alto riesgo y contar con una incapacidad médica, Jocelyn decidió continuar trabajando. Su compromiso con la institución y la relevancia del proceso electoral en curso la llevaron a tomar esta decisión, esperando que sus superiores entendieran su situación y ajustaran la carga laboral en consecuencia. 

“Sin embargo, esto no fue lo que ocurrió. En vez de recibir el apoyo esperado, Jocelyn se enfrentó a una carga de trabajo excesiva y jornadas laborales prolongadas. 

Esta situación no solo ignoraba su condición médica, sino que también evidenciaba una falta de sensibilidad y empatía por parte de la institución. Además, tuvo que lidiar con actitudes machistas en su entorno laboral, lo que agravó aún más su situación y contribuyó a un ambiente de trabajo hostil y discriminatorio”, se lee en los textos.

También se detalla que la denuncia de Jocelyn no es un hecho aislado. En los últimos meses, se han reportado otros casos de injusticia dentro del IEEBC, incluyendo situaciones relacionadas con fondos turbios que han sido convenientemente ignoradas. 

Estas prácticas de justicia selectiva reflejan una cultura institucional que permite y perpetúa el abuso de poder. 

 Es inaceptable que una entidad que debería ser un bastión de derechos y equidad permita la vulneración de la salud y los derechos de sus empleados. Este caso pone en riesgo no solo el embarazo de Jocelyn, sino su vida misma. La ironía radica en que el IEEBC, una entidad que debería abogar por la igualdad y los derechos de la mujer, permite comportamientos que contradicen estos principios. 

 Es crucial que se implementen medidas concretas para asegurar un ambiente laboral justo y seguro para todos los empleados, sin importar su género. 

Las instituciones deben ser modelos de igualdad de género, respetar los derechos laborales y proteger la salud de sus colaboradores. Como reza el dicho, "el buen juez por su casa empieza", y el IEEBC no debería ser la excepción. La situación de Jocelyn Valdez es un llamado urgente a la reflexión y acción. 

Es hora de que las instituciones no solo promulguen principios de equidad y justicia, sino que los apliquen rigurosamente en sus prácticas diarias. Solo así podremos avanzar hacia una sociedad verdaderamente equitativa y justa.

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